GUERRA DE VOLUMEN: ¿Analógico vs Digital?
A la hora de promocionar su disco, Moder Times, Bob Dylan dijo lo siguiente:
“No conozco a nadie que haya hecho un álbum que suene decente en los últimos
veinte años. Escuchas esos discos modernos y son atroces, llenos de sonido. Nada está definido, ni siquiera la parte vocal, es como si fueran ruidos parásitos. Mis últimas canciones probablemente sonaban diez veces mejor en el estudio, mientras las grabábamos, que en el compact. Los CD son pequeños, no tienen estatura. Me acuerdo del lío que se armó cuando salió Napster (Servicio de distribución de archivos de música que permitía a los usuarios compartir sus colecciones de MP3 fácilmente con otros miembros). Estaban todos alarmados: “¡Nadie va a pagar por la música, todos la van a tener gratis!”. Bueno, y qué “¡Si de todas formas no vale nada!”.
Ante estas afirmaciones podríamos interpretar que Dylan, además de reivindicar el sonido analógico e, indirectamente, las supuestas bondades del vinilo, también se estaba cargando en su ataque a los productores y artistas independientes.
Sin embargo en una tónica general sus palabras coinciden con los conceptos que un especialista en materia de sonido podría lucubrar a nivel técnico: se tendría que explicar qué pasa con el rango dinámico de la música actual, o cuáles son los motivos de su declinación frente al reinado de la compresión y el volumen.
Los CD’s cada vez suenan más altos. Y cada vez suenan peor. ¿Por qué? La respuesta es sencilla: es el resultado de la guerra del volumen (the loudness war).
Desde los tiempos del vinilo las compañías discográficas han competido por lograr que sus discos suenen más alto que los demás.
Se ha demostrado mediante experimentos que la misma canción, con un ligero aumento de volumen, la percibimos como “mejor sonido”, debido a la respuesta en frecuencias de nuestro oido. Y nadie quiere correr el riesgo de que su canción, comparada con otras suene floja en la radio, o en el iPod.
El problema viene cuando se sacrifica la calidad de sonido en pos del volumen brutal, un fenómeno que lleva plagando la música durante los últimos quince años, y que acaba con la principal ventaja sonora del CD, el rango dinámico, es decir, la capacidad para reproducir sonidos extremadamente débiles y o fuertes, sin problemas de ruido de fondo. Por ello vamos a ver como conseguimos volumen y como se degrada el sonido:
¿Cómo conseguimos el volumen? En una grabación digital, hay un máximo absoluto de volumen, el cero digital, que es la mayor amplitud de onda sonora posible. El instante musical más fuerte, el pico, marca el tope de volumen para el resto de la canción. La tecnología ha hecho muy fácil eliminar los picos de las grabaciones de forma que el volumen total suba considerablemente.
¿Cómo se degrada el sonido? Este proceso se lleva a cabo durante la masterización del disco. Para eliminar un pico y conseguir elevar un poco el volum en general de la canción o igualarlo con las demás, hay que recortar la onda sonora. Esto introduce una pequeña distorsión en ese momento concreto, que pasa desapercibida. El problema es que para llegar al volumen brutal que hoy en día es la norma, se introduce distorsión constante durante toda la canción. Esta distorsión elimina también el ataque o pegada de los instrumentos. El volumen es mayor, pero “golpea” menos. Este volumen y distorsión constante producen fatiga auditiva.
El segundo problema es que como se recorta “por arriba” para subir el volumen, las partes suaves de la canción acaban llegando al mismo volumen de las partes fuertes. Se elimina así una característica musical imprescindible y apreciada por todos los músicos: la dinámica, esa capacidad para variar la intensidad de la interpretación para destacar tanto las partes fuertes como las suaves, ya sea de un instrumento en concreto o de la canción en su conjunto. Aquí, a la fatiga auditiva, tenemos que sumarle aburrimiento.
Si a esto le añadimos que el destino más frecuente de una grabación es ser convertida a mp3, entonces ya tenemos un problema grave. La conversión a mp3 elimina el 90% de la información musical de un CD, introduciendo además distorsiones varias. Si encima estamos escuchando a través de unos altavoces de ordenador o de los auriculares blancos del iPod, el resultado está cada vez más lejos de lo que escuchaban los músicos en el estudio de grabación, esto conlleva a la muerte de la alta fidelidad en la música.
Por lo tanto podríamos determinar que es mejor el formato análogico que el digital, pero no es del todo cierto, simplemente lo que sucede es que actualmente la tendencia comercial hace que no aprovechemos las ventajas que nos da el formato digital desvalorizándolo en cuanto a calidad frente al formato analógico. Esta tendencia comercial viene de cómo ya comentamos la absurda idea de que cuanto más fuerte suena algo suena mejor y de que cualquier disco con la palabra remasterizado en la caja es de mejor calidad sonora y matices musicales, cuando este hecho no es verdad.
La única forma de acabar con la guerra del volumen es que los grupos se atrevan a sacar discos que no suenen tan altos pero suenen mejor, y que nadie se asuste si tiene que mover el mando de volumen de su equipo de música, iTunes o iPod. Ya hay movimiento en la industria: Turn Me Up! quiere crear una certificación para los discos que cumplan unos nuevos estándares de calidad de sonido, sin volumen innecesario. Asi que ya sabes la solución es: !Sube tú el volúmen!
Bienvenida y enhorabuena por tu primera entrada. Estoy al 100% de acuerdo contigo en el problema que existe actualmente con el margen dinámico de la música comercial. De todos modos, como comentas, eso no tiene nada que ver con que el sonido sea analógico o digital, sino con «modas» en estilos de producción. Es lo que vende, así que se hace.
Enrique Alexandre said this on septiembre 28, 2011 a 6:06 pm |
buena la entrada, en youtube encontramos varios ejemplos de lo que cuentas (en inglés) como:
Saludos!!
kaputxan said this on septiembre 29, 2011 a 8:44 am |
Como podemos observar en la grabación a bajo volumen se escucha mal y a volumen alto se pierde calidad.
kaputxan said this on septiembre 29, 2011 a 9:08 am |
Enhorabuena por tu entrada!, me ha gustado mucho la referencia a Bob Dylan que haces…y claro que sí el audio se esta adaptando a las nuevas modas que el mercado nos ofrece..
Tomo nota subo el volumen ;)!
saludos!
Carlos Garrido Velayos
oirverycontar said this on octubre 5, 2011 a 4:08 pm |